Luego de desafiar al Club “Chorrillos” el 29 de junio de 1876, nuestros bogas del naciente Club de Regatas “Lima” se pusieron como objetivo entrenar más arduamente y aceptar regatas con, al menos, 40 días de anticipación. Para ello, contamos con el respaldo de quien fue el primer entrenador de remo del Club: Tomás Dallas, un asociado de nacionalidad estadounidense que se ofreció a dar lecciones de remo a la membresía. “…Bajo su inteligente, enérgica e infatigable dirección, hemos adelantado del modo más notable, y le estamos por ello profundamente agradecidos…”, se lee en un acta del Club, fechada el 3 de junio de 1877 y recopilada por nuestro asociado Juan Carlos Flórez en su libro “Travesía Bicentenaria”.
Para 1878, ya contábamos con una adaptación del reglamento de las regatas de Henley, Inglaterra, el cual permitió establecer orden y disciplina, y, en abril de ese mismo año, se pactó una competencia entre el “Lima”, el “Chorrillos” y el recién formado Club “Callao”.
El 28 de abril de 1878 nuestro “Lima” inscribió dos botes de cara al certamen: el “Josefina” y el “María Isabel”. Cada uno participaría en dos regatas, que se fijaron a una milla de distancia. La primera competencia tuvo como vencedor a la tripulación del “Callao”, mientras que los bogas celestes, a bordo del “Josefina”, quedaron en segundo lugar, seguidos de la embarcación del “Chorrillos”.
En la segunda regata fuimos vencidos por el “Chorrillos” y el “Callao”, pero, en la tercera, con la tripulación del “María Isabel” formada por José Antonio Barrenechea, Vicente Oyague y Soyer, Alfredo Naylor, Napoleón Valdez y el timonel Domingo Valle Riestra, logramos vencer al bote “Nereida” del “Chorrillos”, que estaba tripulado por deportistas de mayor experiencia.
Fue el primer triunfo de nuestro Club de Regatas “Lima”, cuya celebración tuvo su pico más alto cuando el almirante don Miguel Grau Seminario entregó a Domingo Valle Riestra la copa que nos declaraba como vencedores de aquella regata.
Gracias a los entrenamientos de Tomás Dallas, una tripulación de bogas comprometidos y las lecciones aprendidas, conseguimos, así, la primera de muchas victorias en el deporte insignia de nuestro Club.