Asociado del Club desde niño. Comunicador. Papá de Julieta, Tiziana y Eugenio. Tiene 46 años y trabaja en la televisión desde hace 23; literalmente, la mitad de su vida. Empezó como reportero de noticias y, años más tarde, se convirtió en conductor. Hoy conduce el matinal “Arriba Mi Gente”, en Latina. Es feliz viendo que sus hijos disfrutan del Club como él lo hacía de chico.
¿Qué nombre le pondrías a este capítulo de tu vida?
“Llegando a la tranquilidad”.
¿Qué es lo primero que ves cuando te miras al espejo?
Mi cara de sueño.
¿Qué es lo que más te gusta de ti?
Que trato de pensar siempre en positivo, a pesar de las adversidades.
¿Qué cambiarías de ti mismo?
Mi inseguridad para algunas cosas.
¿En qué te diferencias de la persona que eras antes de ser papá?
Antes cometía muchos excesos. Los hijos te hacen aterrizar y poner ciertos frenos que antes, tal vez, no me ponía.
¿Cuál es el emoji o sticker que más utilizas en tus chats de WhatsApp?
💪🏻❤️.
¿Qué te gustaría haber inventado?
Una aplicación tan increíble que cueste miles de millones de dólares y me la compre Mark Zuckerberg.
Cuando eras chico, ¿qué querías ser de mayor?
La verdad es que nunca me proyecté a nada cuando era chico. Solamente quería ser mayor y ya.
Si eligieras otra profesión, ¿cuál sería?
Cocinero. O para que suene más elegante, chef.
¿Qué es lo más raro que te ha pasado durante un programa en vivo?
A veces escucho algo, o me acuerdo de algo, y me dan ataques de risa. O estornudar; es normal que una persona estornude, pero casi nunca ves a alguien estornudando en la tele.
En tu opinión, ¿cuál es la receta para permanecer 23 años en televisión?
La receta es ser consciente de que de esto vives. Que es un trabajo que, al igual que otros, necesita de actualización. Y nunca creer que uno lo sabe todo. Por otro lado, debo decir que, después de 23 años, a veces me siento cansado, pero miro mis recibos y se me pasa.
¿Alguna vez has tomado un trabajo en la tele solo por razones económicas?
La verdad es que empecé en la tele como reportero por razones económicas. Necesitaba trabajar y, por suerte, entré a la tele. Pudo haber sido la radio, un periódico o hasta una revista. El destino quiso que fuera la televisión.
A tu juicio, ¿qué es lo mejor y lo peor de ser un personaje conocido?
Lo mejor es recibir el cariño de la gente. No considero que este camino tenga un “lo peor”. Al menos, si lo sintiera así, no lo diría.
¿En alguna ocasión has estado en peligro real?
Creo que varias veces, como reportero. Se me viene a la mente una vez, yendo por río al pueblo de San Pablo, en la selva, con la hija del Che Guevara (allí su papá fue voluntario médico en un leprosorio). El que manejaba el bote no tenía mucha pericia y se metió por una parte del cauce donde había olas. Estuvimos a nada de naufragar. Era de noche y una embarcación más grande vio la señal de auxilio que se hizo con luces, y nos rescató. Si se volteaba el bote, estoy seguro de que nos ahogábamos todos.
Si pudieras sentarte a cenar con tres personas o personajes, reales o ficticios, muertos o vivos, ¿a quiénes elegirías?
Elegiría a mi nona Elda, que murió en 2006. Con eso me basta.
Si existieran los extraterrestres y te invitaran a vivir con ellos en otro planeta, ¿qué les dirías?
Otro día, jóven.
¿Qué metas o deseos pendientes tienes?
Emprender un negocio propio y que sea un recontra éxito. Así me jubilo y vivo de eso.