Carlos Francisco Ravettino Flores es el flamante vicepresidente y director del departamento de Actividades Culturales de nuestro Club de Regatas “Lima”. “Estoy agradecido por la oportunidad que tengo de servir a un club que quiero con todo mi corazón”, nos dice Carlos, asociado desde hace 56 años. “He visto tantas cosas lindas en este club… Hoy siento que mi misión es unir a la gran familia que somos. Siempre hemos logrado ser los mejores manteniéndonos unidos; la comunicación es lo más importante”, agrega.
Nuestro nuevo vicepresidente reconoce la importancia de las obras que se vienen realizando y confía plenamente en el actual Consejo Directivo. “La reestructuración era necesaria. Ahora estamos tercerizando algunas cosas y eso nos está beneficiando; además, tenemos acuerdos importantes y seguimos creciendo”, comenta.
Como director del departamento de Actividades Culturales, uno de los objetivos de Carlos es enaltecer el talento celeste, que, desde su punto de vista, es incalculable. “Sueño con realizar una noche de talentos que se convierta en tradición en el Club. Soy consciente de la gran cantidad de asociados e hijos de asociados que tienen un don que mostrar. Queremos que todos puedan disfrutar de ese arte”, señala. “Somos un club deportivo, pero también social y familiar. El arte y las actividades unen a las familias, el apoyo de padres a hijos es notorio en casi todas las actividades del Club”.
Carlos lleva el arte en sus venas. Desde pequeño participaba en las actividades del colegio Maristas de San Isidro. “Pertenecía a la banda del colegio, yo tocaba la corneta y el tambor; siempre sentí pasión por ese tipo de actividades”, nos dice nuestro asociado vitalicio. “Además, practicaba fútbol, básquet, atletismo y formaba parte del coro del colegio”.
Fue su pasión por el básquet la que lo llevó a ser entrenador de las divisiones menores del Club, a mediados de los años ochenta, “en la época de los apagones”, como él la recuerda. “Viajamos a diversas provincias y países, y en un momento trajimos un equipo de jugadores norteamericanos. En aquel entonces, Charles Cannock (actual director de Deportes) era mi dirigido… Posteriormente, me nombraron presidente de la Liga de Basketball”.
Carlos también dedicó parte de su vida a la empresa de su familia: la fábrica de chocolates El Tigre. “Primero estuve en la planta de caramelos y, luego, en la de helados… Ese fue el legado de mis padres, junto al amor por la música”, asegura.
Es padre de dos hijas y abuelo de cinco nietos, que suelen asistir al Club. “Quiero que nuestra institución pueda gozar de lo mejor que tenemos. Como vicepresidente, uno es un consejero que se involucra en todas las disciplinas; mi función es ser un pacificador”, sentencia. ¡Le deseamos los mejores éxitos en esta nueva etapa!