En esta oportunidad, 30 atletas participaron del Trote. Marco Osores (el primero de la derecha) fue el ganador de la general.
En plena pandemia, nuestros atletas habían continuado corriendo y practicando deporte, pero el legendario Trote de Motivación había quedado en pausa.
La tradición de emprender esta ruta tuvo sus orígenes hace exactamente cuarenta años, cuando un grupo de remeros decidió correr desde nuestra filial de La Punta hasta nuestra sede de Chorrillos; nada menos que un trayecto de 23 kilómetros. Posteriormente, en 1998, el Trote comenzó a organizarse de manera oficial. “Hemos llegado a tener 400 corredores inscritos. Esta vez hemos sido 30, entre deportistas del equipo de maratón, de aguas abiertas y de triatlón. Queremos que no se pierda esta costumbre. Es una forma de agradecer al Club”, nos comenta Alfredo Delgado, entrenador de fondo del Regatas desde 1999.
Marco Osores Ortiz, de nuestro equipo de triatlón, fue el primero en llegar a la meta. Completó los 23 kilómetros en 1 hora con 50 minutos. “Primero salimos en grupo. Así permanecimos durante 7 kilómetros”, detalla. Después, al entrar al Circuito de Playas, cada cual comenzó a marchar a su paso. “Entreno a diario”, agrega Marco. “Creo que las claves son tener disciplina y constancia, pertenecer a un equipo y cumplir con el plan de entrenamiento que nos mandan”. Para él, lo siguiente será prepararse para la media triatlón de Paracas, en noviembre.
Por su parte, Pilar Arana y Marcela Sattui fueron las primeras mujeres en llegar. Lo hicieron en, aproximadamente, 2 horas con 10 minutos. “Ha sido rico correr este circuito luego de tanto tiempo”, nos dijo Pilar. “Qué bueno que se esté reactivando la tradición de este Trote de Confraternidad, que es un clásico”.
Ambas entrenan con nuestro equipo de fondistas y, en julio, participarán en la media maratón de Lima. Estamos seguros de que todos los nuestros continuarán marchando por buen camino.
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